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El Viaje del Alquimista

4 de junio de 2024 por
CINTIA D'ALLEGRI

El viaje del Alquimista

  • ¿Piensas que ahora tienes la edad que dices tener? Los tiempos biológicos no son los tiempos del Alma, más lejano aún los del Espíritu.
  • ¿Qué intentas decirme?
  • Que tu viaje tal vez haya iniciado hace cientos de años en el tiempo pero tú aquí en la Tierra, hoy en este día me nombras los años que tienes.
  • Y cómo puedo saber la longevidad del Alma o espíritu?
  • Cuando las situaciones cotidianas de la vida la vez con los ojos de la sabiduría.
  • Entonces no hay tiempo sino ciclos… tampoco errores sino aprendizajes.
  • Tu respuesta habla de los años de tu Alma, siendo que los años son las experiencias transcurridas en lo atemporal de lo temporal. Medidas humanas que limitan desde su perspectiva. 
  • ¿Cómo comprendo entonces mi viaje alquimista?
  • Recordando.

Lo estático y lo limitante no existen en la esencia de la vida; sólo son creaciones de la mente humana, que se ha refugiado en la ilusión de un esconderijo, aterrorizada por la posibilidad de que su razón pierda su poder. Sin embargo, el Espíritu vibra en lo infinito, aunque, para ser experimentado, necesita de la contención que le da forma. Su naturaleza es la expansión.

La mente humana, en su búsqueda de control, teme a la expansión porque no comprende que su poder de manifestación es infinito. Tememos a la idea de no tener control sobre nuestra existencia, sobre el vacío, creyendo que el vacío es la ausencia, cuando en realidad, allí reside el Todo. Así que, cuando te sientas vacío, no pienses que no hay nada en ti. Recuerda que eres el Todo en proceso de creación. No temas el vacío, porque de él surgen las infinitas posibilidades.

Mientras duermas dirás que no hay opciones pero cuando despiertes verás una chispa y veras a Dios, es decir las posibilidades.

  • Te preocupas por alcanzar la iluminación en esta vida como lo hizo Buda o Jesús pero ¿qué tal si comienzas por iluminar tus partes de sombra?
  • Eso sería reconocerme en mi totalidad
  • Cuando te integras dejas de desconocer y ya no hay secretos para poder ver entonces sólo te queda Ser y Manifestar. En caso contrario tú le cedes el poder a la mente y a la proyección que sirve como intermediario del miedo.
  • ¿Cómo logro ser vivaz y salirme de ese estado?
  • Volviendo a tu Eje que es el pulso de tu corazón. 

El viaje del Alquimista no es nuevo; ha existido desde siempre, en la fusión de las Almas con el Espíritu y el Cuerpo. Estos tres aspectos de la Creación—el éter sutil (el Espíritu), la expresión (el Alma) y la materia (el Cuerpo)—se han fusionado a través de los tiempos, resonando en ondas frecuenciales que permiten su interacción y experiencia en la vida. La resonancia por similitud ha hecho posible que estos tres aspectos coexistan y expresen su totalidad.

La verdadera alquimia no está en pociones mágicas ni en rituales esotéricos, como muchos han creído. La alquimia ocurre en los momentos milagrosos que surgen cuando dejamos de contarnos las historias limitantes que nos hemos creado en nuestras mentes. Esta alquimia, que ocurre a puerta cerrada, desde la introspección profunda, afecta nuestra biología—nuestras hormonas, neurotransmisores y, en última instancia, nuestros estados emocionales. Es una alquimia sublime, tan poderosa y real que, de hecho, lo que los sabios esotéricos predicaban acerca de la transformación de la materia en el mundo exterior también ocurre en nuestro interior, en nuestra biología, algo que hemos olvidado a lo largo de los siglos.

La vida misma es una danza constante de transformación. Cada molécula que se reproduce, cada célula que se divide, es un acto de alquimia. Al observar el desarrollo de un feto, su crecimiento, su transformación en bebé, infante, adulto y luego en anciano, te das cuenta de que la alquimia es tan simple y tan profunda que hemos dejado de verla.

El cuerpo humano está dotado de un alma, y esta alma lleva consigo un estado de conciencia que ha venido a experimentar la vida terrestre. Esta experiencia es un proceso continuo de expansión de la conciencia.

La integración es la clave para resolver los dramas humanos. Lo que ignoramos, tememos; lo que conocemos, abrazamos.

Cada vez que reflexionamos, estamos haciendo alquimia. Al cambiar nuestra perspectiva, al integrar un nuevo entendimiento, transformamos nuestra realidad. Pero la alquimia no termina en la reflexión. Cuando actuamos coherentemente con lo que hemos comprendido, alquimizamos en acción. Ya no hay vuelta atrás. Una vez que has reflexionado y entendido, no puedes regresar a ser lo que eras antes. Aunque tu biología trate de convencerte de lo contrario, tu ser más profundo sabe que has cambiado.

Escapar de nuestra biología es imposible, al igual que escapar de nuestro Espíritu. Pero podemos aceptar que somos el Todo. Cuando fusionamos nuestras diferentes dimensiones—cuerpo, alma y espíritu—creamos una poderosa energía de transformación. Este es el secreto de la trascorporización: cuando la mente, el cuerpo y el espíritu se alinean en coherencia, se crea un punto de inflexión energética que nos permite Ser la Creación misma.

Es aquí donde acción y emoción se fusionan, y desde ese espacio de calma y éxtasis, podemos manifestar lo que nuestro Alma ha venido a expresar.

Siempre fuiste una viajera de la Alquimia. Sólo que tal vez olvidaste recordarlo.



CINTIA D'ALLEGRI 4 de junio de 2024
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