Ir al contenido

Airam 

Maria - Pilar


“CONÓCETE A TI MISMO Y CONOCERÁS EL UNIVERSO”: para aludir al verdadero destino de toda observación y búsqueda interior: tú mismo.


Nací un día de verano, en la misma casa de mis abuelos maternos donde viví hasta mis 20 años, en un pequeño pueblo cerca de València-España. Me pusieron de nombre María Pilar. Con los años aprendí del poder del nombre y de su sentido con el Árbol Genealógico familiar, lo que me permitió no renunciar a él sino a entender el para qué.

Ser sostén para los demás, el Pilar, desde bien pequeña me impulsó a crecer y madurar rápido sin tener el conocimiento de qué precio iba a pagar por ese movimiento sin conciencia hacia el exterior que, cual resorte en automático, me llevaba, cada vez más, a alejarme de mi propio Ser. Pero, mi Alma siempre supo de ese aprendizaje, no así mi personalidad, y lo tuvo que re-aprender con tiempo y experiencia. Ese contacto tan primigenio de ser mayor a tan temprana edad puso patas arriba todo mi mundo emocional, absorbiendo lo propio y ajeno a la vez. Ello me llevó a querer entender y atender ese mundo, convirtiéndose en mi prioridad. En ese proceso, la propia Vida me fue hablando a través de personas, situaciones o sincronías para ofrecerme cuanto necesitaba en cada momento.

Así que me ofreció a través de una amiga, vivir la experiencia de formar parte de un grupo terapéutico de Codependencia Emocional. Esta gran aventura hacia mi propio auto-conocimiento, me curtió, me transformó profundamente y

me cambió la Vida para siempre.


Aprendí una nueva mirada de ese Ser que somos, empecé a conocer a la gente con profundidad, de dentro hacia fuera. Ello me brindó la posibilidad de escuchar miles de historias de Vida y de todo tipo, lo que me hizo ver que no era tan distinta en el

sufrimiento a cualquiera de ellos. Esa fue mi primera Tribu donde sentí que estaba en casa y que mi dolor y sufrimiento era igual al de otros muchos. A partir de ahí, y sintiéndome entendida, ya nada fue lo mismo pues empecé a tomar las riendas de mi vida hacerme responsable de todo en ella. Apareció mi Adulta y entendí por primera vez, en qué consistía aquello de dar y recibir en equilibrio.

Aquel grupo fue mi “nuevo hogar” durante años. El grupo fue mi soporte, contención y nutrición afectiva durante todo el proceso tan sanador. La Vida me estaba preparando para poder entender las entrañas de “la sombra personal” para vivir en primera persona el poder y la fuerza que nos transforma en esa travesía que llamamos “la noche oscura del Alma” y, cual Ave Fénix, invitándonos a un nuevo re-nacimiento cada día. Ese era el paso más importante para poder acompañar a los demás, desde la integración de la polaridad: luz/oscuridad.

Acompañar a chicos en Proyecto Hombre fue otra de mis grandes experiencias, ellos me enseñaron a poder ver a un otro que, desde su ingobernable mundo emocional, decidió anestesiarse con drogas y alcohol dañándose, doblemente, a sí

mismo. Detrás de cualquier “adicto” hay un “niño interior” muy herido y con una gran sensibilidad. A partir de estas dos potentes experiencias “acompañar” se convirtió en algo natural en mí, por lo que decidí ir formándome en cuanto necesitase en cada momento. En ese sentido, empecé con un Máster en Mediación Familiar y luego estuve dos años formando parte del equipo de mediación de la Universidad de Castellón atendiendo a familias. A continuación, lo complementé con Mediación Intercultural. Seguidamente me Licencié en Humanidades, quería saber del Ser Humano en toda su extensión. Es una carrera transversal que toca muchas áreas y de la que aprendí muchísimo. Cuando tuve que elegir asignaturas específicas no lo dudé y me nutrí del conocimiento de la pedagogía, antropología, etnografía, psicología y filosofía, de las que disfruté muchísimo y me aportaron un gran conocimiento.

Por seguir en ese camino del acompañamiento desde el propio auto-conocimiento realicé un Máster en Bioneuroemoción, que me aportó nuevas herramientas para

poder atender la somatización del mundo emocional en el cuerpo, y ver como todo tiene un sentido biológico, así como a entender y leer el Árbol Genealógico para sacar a la luz lo heredado.

Posteriormente, me formé en Pedagogía Waldorf, donde constaté lo que de alguna manera intuía, la mirada en la educación tanto de padres como de educadores está en “seguir al niño”, sin proyectar a “nuestro niño interior en él”. El niño, desde el mismo momento del nacimiento, contiene dentro todo el potencial que ha venido a desarrollar, y los Adultos solo tenemos que observar y acompañar ese proceso para que lo vaya desplegando de acorde a cada una de sus etapas de

crecimiento. ¡Disfruté muchísimo, fue una enseñanza tremendamente creativa!!!


Por ser Mujer me interesó saber en qué consiste eso de “Ser, un Humano Mujer” y me formé en Terapeuta de Círculo de Mujeres que luego desarrollé creando mis propios Círculos de Mujeres y facilitando encuentros con los Círculos de Hombres

cada cierto tiempo. Atender lo que acontece en mi propia Vida se ha convertido tanto en mi maestra como en maestría. Ella me va mostrando por donde seguir y qué nuevo instrumento de conocimiento me puede ayudar en ese momento. En ese sentido, y desde hace unos años, la Astrología Psicológica y Evolutiva forma parte de esas herramientas que han llegado a mí para quedarse. Decodificar el lenguaje simbólico me abrió a otro mundo de entendimiento que va más allá de la personalidad. Si tuviera que poner una metáfora diría que la Carta Natal es un afinador de la propia energía para equilibrarnos en la música que somos.


Acompañar a los demás desde el lugar en el que estás en cada momento ha sido una gran fuente de sabiduría para mí, pues me lleva al “eterno presente”. Y, desde ahí, siempre es el momento, no existe otro y, por tanto, no se me pide más.


Y, desde este bagaje de experiencia de vida y conocimiento, acompaño a quien le lo pide, escuchando desde el no juicio, conteniendo el proceso y siendo un canal al servicio de la Vida. Paz y Amor. 


Contacto

+34-661.05.92.39

Airam3567@gmail.com