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Hablemos de espiritualidad. Parte II

20 de enero de 2025 por
CINTIA D'ALLEGRI

Esta pequeña historia es bien íntima. Sería entre 2014 y 2015 antes de mi primer viaje a Europa. En ese entonces tenía mi canal muy abierto. Cuando digo mi canal hago expresión de que mi percepción extrasensorial estaba dispuesta a captar la información de los planos sutiles, normalmente se lo asocia con el chakra corona que es el que conecta con el plano divino/sutil, aunque yo creo que para poder captar la señal de wifi del Cosmos es necesario captar con todo tu ser completo, con todos tus chakras, todo tu cuerpo, todos tu estados emocionales y de pensamientos. Es necesario la disciplina de hábitos que nos permitan ir hacia nuestro mundo interno y despejar la pista para que ese enlazar frecuencias como la dial de una radio antigua se enlace. Estamos todo el tiempo expuestos a enlazar como las neuronas información extrasensorial, el punto es estar predispuestos y permitir que eso suceda. Por ejemplo, yo todos los días meditaba preparando mi lugar seguro con sahumerios, luz tenue, música de frecuencias y por supuesto, como un acto cotidiano en mi vida desde pequeña, con un cuaderno y lapicera al lado. Desde esos años es que escucho música frecuencial o sonidos de frecuencias, esas son mis playlist más largas.

Volviendo a la pequeña historia. Estaba en mi casa de Tandil, la casa de mis padres. Mi confianza y certezas sobre lo que estaba viviendo sobre el ámbito espiritual eran inquebrantables entonces fue que luego de meditar voy hacia la cocina de la casa donde mi papá estaba sentado en la esquina de la mesa de algarrobo, corro la silla que estaba a su costado izquierdo del lateral, me siento y le digo: “pá te quiero contar algo… percibo a la Virgen”. Con el silencio inmutable que lo caracteriza sólo me miró y al oír lo que le dije mantuvo ese silencio penetrante hasta que sus palabras fueron “estas loca”, se levantó de la silla y se fue. Esa conversación no había durado ni siquiera un minuto. A mi manera intentaba que mamá y mi papá fueran parte de mi mundo, al menos que supiesen. Estos traspiés en contrastes fueron parte de desarrollar mi espiritualidad. 

¿Qué es la espiritualidad?

En mi entendimiento se trata de enlazar e integrar los dos mundos, el humano y divino, sin olvidar nuestra esencia sutil, recordando que somos un campo energético fractal de lo que nos contiene en la existencia del cual necesita de un vehículo para moverse y transportarse en esta dimensión llamada Tierra y al mismo tiempo saber comprender que este vehículo llamado cuerpo nos fue dotado de una biología con su complejidad y funcionamiento, de una mente que construye creencias en base a emociones y pensamientos dadas por las experiencias terrestre que experimentamos. La parte del juego que olvidamos al descender a Tierra fue cuando nos dijeron “irás cumplirás tu propósito pero para ello en estos tiempos olvidarás de donde provienes, quién eres y qué tienes que hacer. Parte de la partida del juego es que Recuerdes y Vivas tu Ser Esencial”. Así es que has decidido jugar este juego desde antes de que lo recuerdes. Esto podría ser un respiro de aire fresco en estos momentos.

La espiritualidad nos contiene en todo lo que hemos sido, lo que estamos pudiendo ser y en quienes seremos, nos atraviesa en la inconsciencia como en la consciencia aunque nos amplía la experiencia de vida cuando tomamos consciencia de quienes somos porque es el momento en que tenemos la llave en nuestro poder para abrir las puertas y Ver nuestra capacidad de Ser Humanos, visión que se nos da cuando tomamos la Antorcha que ilumina nuestra sabiduría interna de habernos sabido Reconocer y poder seguir la Estrella que nos guía nuestro sentido de vida. NO hay obstáculos cuando nos hemos concedido el propio poder interno de alquimizarnos y dar pasos en nuestra vida que nos llevan a vivir desde la calma. 

Tener los pies en la Tierra, las manos en el Cielo y el Corazón puesto en el horizonte, esa es mi frase que me acompaña desde muchísimos años y siempre la tengo presente, de esto trata la espiritualidad.

Es como un aspecto del dar y recibir en el que danzan lo extrasensorial y la vida cotidiana. Bajar el Cielo a la Tierra es comprender esta integración donde toda experiencia divina ocurre en el encuentro con otras personas y en el cómo es que me relaciono en mi intimidad privada conmigo misma, en cómo me relaciono con un otro y cómo me relaciono con el misterio de la vida. En la Unicidad de estos dos aspectos es que encontramos la espiritualidad. La Expansión de nuestra verdadera Esencia Original no es descartar partes de nuestra experiencia, es magnetizarlas en el punto de Origen que es el no juicio. En la reflexión del ámbito humano que se da mediante una pregunta es que extiendo mi estado consciente sobre el posible estar siendo. En la respiración es que extiendo lo divino. 

La espiritualidad es el camino y no el final de este, son las puertas que abres y cierras con tus decisiones y en cuántas de ellas puedas ver los reflejos de las enseñanzas. Hágase tu voluntad en el libre albedrío y verás lo que aún estás dispuesto a ver, eso es espiritualidad. La dosis de amor que alcanzas a percibir en lo proporcional de lo que alcanzan a ver tus Ojos pero no en la medida de lo que está hecho el Todo. Comprender esto te abre la posibilidad de iniciar tu cotidiano vivir desde saber que sólo aquello que te estás dando a ti mismo es un grano de arena en el infinito océano de la Creación el cuál se manifestó del aliento de la vibración de la expresión amorosa. Entonces, ¿qué tanta arena tomarás en tus manos para comprender que eres la arena?

La espiritualidad es besar los labios de quien amas, es despertar por las mañanas y ver el amanecer en el horizonte, es prepararte tu café, tu mate, es darte esa ducha que deseas, es cantar tu canción favorita con toda tu fuerza, es sumergirte bajo las olas de un océano, danzar al ritmo de la música que te inspira, es leer el libro que te inspira, es colorear ese lienzo en blanco, trazar las líneas de un sueño, es abrazar a alguien que aprecias o te encuentras en el camino, caminar por la montaña nevada, por la orilla de un río verdoso o por las veredas de tu ciudad. La sonrisa que tendrás de vestidura, los momentos compartidos. La espiritualidad es amanecer a la comprensión de que no hay un TÚ SIN TI. ¿Quién va a ser tú si no lo eres? La divina expresión de que todo lo eres y todo la vales. ¿Quién va a tomar la vida que quieres vivir si tu no la tomas? Esto es espiritualidad, el Cosmos y TÚ. Tus dones y TÚ. Tu respiración y TÚ. Tus decisiones y TÚ. Tus relaciones y TÚ. Tus “errores” y TÚ. Tus libros y TÚ. Tus películas y TÚ…. esa estrecha conexión contigo y desde ese origen la estrecha conexión que tienes con el mundo externo.  

En la integración y aceptación de ti es que te expandes, en la negación es que te proyectas y contraes aunque esto también es espiritualidad porque recuerda: espiritualidad es el camino no el final de este.




CINTIA D'ALLEGRI 20 de enero de 2025
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